La «locura» de las pre-reservas

Antes de hablar de cómo se percibe el tema de las pre-reservas cuando estás al otro lado del producto, me gustaría dejar bien claro que aun no sé por qué lo llamamos «pre-reservas». La lógica me dice que algo no se puede «pre-reservar», de la misma manera que algo no se puede pre-beber o pre-comer. Una reserva puede ser una pre-compra, eso lo entiendo. Vamos, estás comprando algo antes de adquirirlo, lógico… ¿pero qué puñetas es una «pre-reserva»? Pues os lo diré: una manera de hacer sentir al comprador más especial que los demás por una cierta cantidad de dinero. Vamos, de cara al consumidor, es tan sólo una triquiñuela de marketing. Una pre-reserva no es diferente de una reserva: es lo mismo. Pero bueno, una vez espantada la mosca de detrás de la oreja con el tema de la terminología, vamos al tema que no quiero marear demasiado la perdiz con algo tan poco relevante.

Cuando hablamos de «pre-reserva» nos quedamos en la superficie de la intención de este movimiento de marketing. Desde el punto de vista del consumidor, percibimos muy claramente la ventaja de una pre-reserva: nos aseguramos la obtención del producto el día de su salida. Bien, esto está clarísimo… ¿pero qué sentido tiene pre-reservar juegos en la era digital? ¿Qué sentido tiene «pre-adquirir» un producto que no se puede agotar puesto que el día de su salida se podrá descargar en plataformas digitales? No mucho, la verdad. Es cierto que para los que sigan viéndole valor a las ediciones físicas (como un presente), las pre-reservas aun tienen un cierto sentido, pero nada que un poco de paciencia no arregle con el tiempo en las estanterías de nuestra tienda de videojuegos de confianza. ¿Y qué hacer para que gente como yo se anime a pre-reservar algo? Pues ofreciendo alguna ventaja, alguna chuchería temporal, algún contenido único o exclusivo…

¿Pero por qué esta insistencia en las «pre-reservas»? ¿Por qué son importantes para los editores? ¿Por qué esta locura?

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(Esta imagen me hace tantísima gracia ahora…)

 

Pues lejos de ser una locura, esta tendencia tiene una explicación muy lógica. Demasiado lógica. Las pre-reservas son una excelente herramienta de medición de impacto del producto. Según ese impacto hay muchas decisiones que pueden variar según las pre-reservas:

  • El presupuesto para marketing: el marketing de un juego puede llevarse hasta un 30% del presupuesto total del desarrollo del producto, y la cantidad de pre-reservas pueden darle una idea al editor de cuantas ventas más pueden rascar si invierten más dinero en publicitar su producto. Si el nivel de pre-reservas es malo, aunque el producto sea bueno, el editor, por lo general, preferirá no arriesgar demasiado… pero si la cantidad de pre-reservas es alto aunque la calidad del producto sea cuestionable, el editor hará todo lo posible para obtener más ventas. ¿Os suena algún bombazo muy sonado que al final quedó en nada? Seguro que sí. Tu pre-reserva es culpable de que esto siga sucediendo… pero antes de que asumas que las pre-reservas son un invento del demonio, presta atención al siguiente punto.
  • La extensión de vida de un proyecto: sucede que las pre-reservas pueden ser la inyección de vida en un proyecto cuyo valor financiero es cuestionable por parte del editor. Ya sabemos de sobra que los editores no son hermanitas de la caridad ni tampoco les mueve la creatividad ni la pasión. SON EMPRESAS, y como empresas, su máximo interés es permanecer a flote, pagar sus facturas y asegurarse que el dinero que invierten les va a compensar. Es por ello que cuando hacen un movimiento arriesgado apostando por un concepto nuevo, las «pre-reservas» sirven como anestesiante para los señores de chaqueta. Un proyecto arriesgado con un buen número de pre-reservas es un proyecto que seguirá vivo. Y esto, cuando hablamos de nuevas IPs, es una bendición cuando sucede, tanto para desarrollador como para editor.
  • Las pre-reservas pueden variar la cantidad de contenido en el producto final (y su calidad): aunque esto depende del editor, claro está. Este punto puede interpretarse de dos maneras muy diferentes. La primera de ellas es que dado que las ventas iniciales son tan buenas, se puede incluir en el producto final lo que en principio se pensaba ofrecer como DLC. La segunda de ellas, obviamente, es hacer lo contrario y venderles como DLC lo que antes estaba pensado ser incluido en el producto final. Es una pena que no haya un consenso en cómo actuar según el número de pre-reservas porque, como ya he dicho, cada editor actúa de manera diferente según el volumen de ventas finales.

No me quiero extender más, pero espero haber dejado claro que las pre-reservas tiene un sentido más allá que el de sacarle pasta al consumidor. Yo, personalmente, no me posiciono ni a favor ni en contra. Pocas son las pre-reservas que he hecho en mi vida y normalmente lo he hecho más por apoyar al estudio de desarrollo que a su producto. La pre-reserva es una herramienta de evaluación estupenda, y debería ser considerada como tal.

De hecho, antes de publicar este artículo, he lanzado un tuit a modo de simulación de pre-reserva para conocer el posible impacto del texto. Como una especie de meta-experimento para ilustrar lo que digo en este artículo. La gente ha retuiteado alegremente el tuit bajo la promesa de salir mencionado en el texto: esa es su recompensa por «pre-reservar la lectura», aunque realmente el artículo lo van a leer al mismo tiempo que cualquier otra persona que siga mi blog. Ahí quedan las ventajas para mis lectores… ¿pero y para mí? Dos horas después de la publicación del tuit, dicha «pre-reserva» de mi artículo ya me ofrece información muy jugosa a cambio por parte de estos potenciales lectores:

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  • Sé que 203 personas que han hecho RT de mi tuit están potencialmente interesadas en leer mi artículo porque quieren verse mencionados (Pre-reserva + bonus)
  • Sé que 20.705 personas pueden terminar accediendo a mi artículo por estar en la misma red de contactos que los que han hecho RT (Potenciales nuevos clientes)
  • Sé que un porcentaje muy bajo de nuevos lectores va a comenzar a formar parte de mi red. (Nuevos clientes)

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ESTE ES EL VALOR REAL DE LAS PRE-RESERVAS.

Información. Jugosísima información. ¡Datos, datos, datos! Que díría Cortocircuito. Es evidente que hay un valor comercial detrás. Más que cierto. Es innegable. Pero anticipar el posible impacto de un producto y poder reaccionar a tiempo, eso para un editor no tiene precio.

¡Ah, cierto! Vuestra mención por hacer RT. Aquí podría contaros una milonga e intentaros convencer de que como el artículo no ha tenido suficiente exposición, no me vale la pena invertir tiempo en mencionaros a todos y cada uno de vosotros… ya sabéis, para ilustrar debidamente el artículo y tal. Pero siendo sincero, me da pereza y prefiero regalaros otra cosa un poco más relevante. No me seáis puntillosos, ¿eh? Que todo era parte de un experimento. A cambio os ofrezco la aportación al Ludum Dare 33 de unos compañeros míos de Yager bajo la temática «You are the monster», llamado «The Mammoth». Si habéis jugado a Spec Ops The Line, encontraréis muchas similitudes en tan sólo 5 minutos de juego. ¡Disfrutad!

Y gracias por pre-reservar este artículo. 😉

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Clickea para jugar a «The Mammoth» (Creado con Unreal Engine 4)